martes, 10 de enero de 2017

John Berger, Durante los siglos XVIII y XIX, la mayoría de las protestas más directas en contra de la injusticia social se hacían en prosa





     Durante los siglos XVIII y XIX, la mayoría de las protestas más directas en contra de la injusticia social se hacían en prosa. Eran discursos lógicos escritos con el convencimiento de que, llegado el momento, el mundo volvería a entrar en razón, y de que, al fin y al cabo, ésta está del lado de la historia. Hoy esto no está tan claro. No hay nada que garantice ese final. No es muy probable que una era futura de felicidad universal vaya a redimir el sufrimiento del presente y del pasado. El mal es una realidad constante, irradicable. Todo esto significa que la resolución, el aceptar el sentido que hemos de darle a la vida, no puede quedar aplazada por más tiempo. No podemos fiarnos del futuro. El momento de la verdad es ahora. Y cada vez más será la poesía, y no la prosa, la receptora de esta verdad. La prosa es mucho más confiada que la poesía; ésta habla a la herida inmediata.



En: “Y nuestros rostros, mi vida, breves como fotos”, Hermann Blume, España, 1986 (primera edición inglesa, 1984). Traducción: Pilar Vázquez Álvarez.
John Berger (Londres, Inglaterra, 5 de noviembre de 1926 – París, Francia, 2 de enero de 2017). Foto: Jmp

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